Es así

Aquí empieza la novela:

"Nadie ni nada te dirá lo que sientes si no te escuchas", vaya frase, sumamente trillada y sin un ápice de ingenio, qué decepción. El libro de citas célebres que tengo en las manos se deshace de viejo: la portada es inexistente y las hojas tienen un color amarillo grasiento indefinible. "Qué frase tan falsa", pienso indignado. Sin embargo, no estoy para reflexiones profundas y menos para movimientos delicados: cierro el libro de golpe y disfruto al aventarlo lejos. Bah, ni siquiera tan lejos, apenas metro y medio del lugar en el que estoy ahora. En el fondo sé que regresaré a él en un par de horas. Paseo la mirada entre comics, libros y folletos del metro sin detenerme realmente en nada en particular. "Lazos de sangre", buen crossover de Marvel, lo he leído tantas veces que me sé a la perfección el orden de las viñetas. No, no, no. Vaya, no sabía que tenía "La Celestina", de Fernando de Rojas. Lástima, demasiado lenguaje barroco por esta noche. (Además, y creo que esto es lo fundamental, ya tuve suficiente castellano culto con Luis de Góngora y Pedro Calderón de la Barca en los últimos meses). Hoy necesito algo sencillo y superficial. Quiero distraerme y olvidar los trágicos sucesos que ocurrieron esta mañana. "Aumenta tu inglés en sólo tres sesiones, resultados garantizados", "El XXI Congreso Nacional por la Unidad Familiar te invita este -- de octubre a la Feria de la Vida, que se llevará a cabo en el Teatro..." La frase estúpida sigue ahí, sin fuerza pero haciendo eco, un eco molesto y cansado.