Hoy nos encontramos con Jens, el danés exótico, Claudia, su novia, y José Ignacio, un escritor chileno gay. La reunión fue en La Condesa, en la casa-oficina de Jens y fue impresionante el nivel de amabilidad con que nos recibieron. La reunión misma fue hecha por mi nuevo amigo danés para presentarme con Jose Ignacio Rodriguez, un chileno que escribe en la revista Newsweek en español y que se interesó bastante por el proyecto de Distintas Latitudes.
La plática fue amena y el ambiente relajado. Tomamos y disfrutamos inventos culinarios de Jens, conocimos a un vecino loco cuyo cuarto es completamente para película de ciencia ficción-terror, tomamos vodka con chocomilk, reímos bastante, me dieron cita para hablar en una estación de radio local sobre Distintas Latitudes y, en general, todo fue perfecto.
Por la mañana fui con Luis a la Embajada de Argentina a dejar una carta y separadores de libro. Nos recibió una de las personas encargadas de la sección cultural y mostró aparente entusiasmo en el proyecto que estamos armando y construyendo. Mañana, de ser posible, iré a las embajadas de Brasil, Colombia y Perú en México.
Por la noche iré al Papalote Museo del Niño con Natalia G., el danés, y su novia, después al Turibús nocturno, y finalmente a un semi-concierto de jazz. El plan, a decir verdad, parece increíble.
Hay tres entradas que quiero escribir desde hace algunos días, pero no encuentro el momento justo. Así que las digo desde ahora para que la conciencia me remuerda por cada día que no las termine. En primer lugar, quiero hablar sobre la creatividad en México. El post lleva por título tentativo "No falta creatividad, sino valentía y disposición". El segundo escrito tiene que ver, obviamente, con Honduras y su "golpe de Estado" tan extraño y complejo. Y por último, sobre el grupo "Los poetas del Megáfono". En estos momentos me siento despejado y creo que podría escribir de un tirón, pero sé que necesito hacer varias cosas primero. Son las 2.39 am y debo terminar un artículo para Treff3.
Me despido por ahora, pero vuelvo enseguida.
La buena suerte sigue, luego quizá vendrán malas rachas, pero por ahora puedo decirme satisfecho "me siento bien".
Le mando un saludo a mi amigo Diego Marxías y apunto: El Friday's al que fui era como una mezcla entre Chilis y Hooters, no había niños a la redonda, de hecho éramos la única mesa en toda una sección del restaurante y la música de salsa y reguetón estaba a todo volumen. Indignante o no, en verdad fue divertido. Lo aberrante fueron los casi 4 mil pesos faltantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario