Pinche epidemia. Cuando comenzó todo este asunto de la influenza la sociedad se dividió en varios grupos: los miedosos y angustiados, los "seguidores de las indicaciones gubernamentales" los valemadristas y cínicos, los "divertidos" y "valientes". No faltaron, por supuesto, los que intentaron crear humor de manera controversial. Los dibujitos de Bunsen son un claro ejemplo de ello: sus caricaturas se me hicieron muy graciosas, pero también pensé "ah, qué irresponsable, debería de comprarse un cubre-bocas y no hacer tanto alarde de valemadrismo". El tiempo, sin embargo, le daría la razón a Bunsen. El mismo director general del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades respondió a la pregunta de "¿por qué han repartido millones de mascarillas?" diciendo simplemente "Bueno, es más una demanda de la población. La gente se siente más segura llevándolas, más tranquila, y no les hace ningún daño".
Pero cuando sí me enojé mucho fue cuando vi que en Facebook había un grupo que invitaba al desmadre y exhortaba a disfrutar desenfrenadamente el "Puente de la Influenza" y me encabroné más cuando leí varios comentarios insultantes que pretendían ser "ingeniosos" y que hablaban sobre el destino de los contagiados y de las vícitmas mortales. He aquí uno de los recados imbéciles de uno de los miembros pendejos del grupo.
Ricardo Meneses escribió:
el 27 de abril de 2009 a las 21:46
jaaa pinche puenthe chingon
lo amho
nu mames hay parthy clandestinha
AQUI EN Puebla
para festejar la influenxa
lo mejor en todho chingao
aver si mhueren mhas y lo hacen cuarentenha
PENDEJOS.
Pero no cabe duda que también ha surgido el ingenio auspiciado por esta nueva situación, y éste ha permitido aligerar un poco el ambiente enrarecido lleno de cifras contradictorias, noticias alarmantes, declaraciones estúpidas, reportes especiales y, en general, de histeria colectiva.
Por eso hoy quería invitarlos a que vieran este video que apareció apenas el sábado pasado, cuando todavía muchos estábamos en estado de shock y confusión. Estos chicos se fueron a algún lugar (parece ser el Desierto de los Leónes), escribieron su canción, ensayaron su "coreografía", afinaron sus instrumentos, se pusieron sus tapabocas y sin necesidad de muchos recursos crearon una buena pieza musical. Como decía en un post anterior, me llama mucho la atención ver y observar las respuestas sociales ante esta situación inédita. Creo que éste es un buen ejemplo. Lo pongo porque es, hasta cierto punto, una narración de lo que sucedió en los primeros días de todo este caos causado por la influenza.
Pero cuando sí me enojé mucho fue cuando vi que en Facebook había un grupo que invitaba al desmadre y exhortaba a disfrutar desenfrenadamente el "Puente de la Influenza" y me encabroné más cuando leí varios comentarios insultantes que pretendían ser "ingeniosos" y que hablaban sobre el destino de los contagiados y de las vícitmas mortales. He aquí uno de los recados imbéciles de uno de los miembros pendejos del grupo.
Ricardo Meneses escribió:
el 27 de abril de 2009 a las 21:46
jaaa pinche puenthe chingon
lo amho
nu mames hay parthy clandestinha
AQUI EN Puebla
para festejar la influenxa
lo mejor en todho chingao
aver si mhueren mhas y lo hacen cuarentenha
PENDEJOS.
Pero no cabe duda que también ha surgido el ingenio auspiciado por esta nueva situación, y éste ha permitido aligerar un poco el ambiente enrarecido lleno de cifras contradictorias, noticias alarmantes, declaraciones estúpidas, reportes especiales y, en general, de histeria colectiva.
Por eso hoy quería invitarlos a que vieran este video que apareció apenas el sábado pasado, cuando todavía muchos estábamos en estado de shock y confusión. Estos chicos se fueron a algún lugar (parece ser el Desierto de los Leónes), escribieron su canción, ensayaron su "coreografía", afinaron sus instrumentos, se pusieron sus tapabocas y sin necesidad de muchos recursos crearon una buena pieza musical. Como decía en un post anterior, me llama mucho la atención ver y observar las respuestas sociales ante esta situación inédita. Creo que éste es un buen ejemplo. Lo pongo porque es, hasta cierto punto, una narración de lo que sucedió en los primeros días de todo este caos causado por la influenza.
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